El sol es una fuente de luz perfecta, porque sus ondas luminosas son muy ricas en frecuencias UV. Y, como ya se sabe, todas las emulsiones comunes al diazo (las que tienen el sensibilizante para añadir) son sensibles a los rayos UV.
Sin embargo, el uso de la luz del sol para grabar los bastidores tiene algunos inconvenientes que se deben remediar:
– La intensidad luminosa del sol es muy variable, según la hora y las condiciones atmosféricas; por eso, el tiempo de insolación exacto nunca será el mismo.
Remedio:
como las emulsiones serigráficas tienen un margen de exposición muy amplio, es posible insolar en abundancia y no tener inconvenientes de revelado, siempre que:
1- la película que usemos sea realmente negra
2- el dibujo se caracterice por líneas o áreas extendidas, sin detalles finos
3- la adherencia de la película y el bastidor sea perfecta
De esta forma, incluso una insolación excesiva (por ejemplo, 10 minutos a pleno sol) nos permitirá revelar el bastidor de todas formas.
– ¡El sol está al aire libre, no en un cuarto oscuro!
Eso significa que el bastidor emulsionado, o apenas insolado, también quedará sometido a los rayos UV durante sus desplazamientos y su manipulación; durante este periodo los rayos UV continuarán actuando y endureciendo la emulsión incluso donde no queremos hacerlo.
Remedio:
El bastidor, emulsionado y seco en ambiente protegido, con la película ya aplicada y fijada con cinta adhesiva, se lleva al exterior dentro de una bolsa negra hermética a la luz, y se extrae SOLO en el momento de la insolación. Una bolsa doble de residuos puede ser una buena solución.
Apenas se termina la insolación, colocamos el bastidor en la misma bolsa y lo llevamos a un ambiente protegido (con luz tenue) para realizar el revelado.
Los que tengan un viejo exposimétro fotográfico (que ya se convirtió en una pieza arqueológica), pueden medir la intensidad de la luz incidente que llega del sol.
Además, podrán crear una tabla personal de insolación, después de recopilar los resultados de sus pruebas.