Uno de los momentos más delicados de las operaciones de preimpresión es el grabado del bastidor. El riesgo es tener que desechar el trabajo de entelado y emulsión, con los costes correspondientes. Estos son algunos trucos para llevar a cabo correctamente el grabado del bastidor serigráfico.
Estoy intentando armar un taller serigráfico «casero» para imprimir sobre papel o tejidos. No dispongo de mucho dinero, pero soy muy hábil con las manos. Mi pregunta se refiere al bromógrafo: ¿qué tipo de luz necesito para imprimir en el bastidor serigráfico? ¿De qué material debe ser el bastidor?
Para grabar el bastidor serigráfico se puede usar una fuente de luz blanca, con los límites que ya te mencionaré, o bien, una fuente de luz UV, que es la solución más profesional.
La fuente de luz UV puede estar formada por neones UV comunes. Con la luz UV se puede utilizar una emulsión clásica al diazo, apropiada para cualquier tipo de tinta.
La fuente de luz blanca puede estar formada por neones de luz blanca, o bien, por una bombilla halógena de 250 vatios o más.
Con la luz blanca, las emulsiones al diazo habituales reaccionan poco o nada; se deben emplear emulsiones rápidas listas para usar (sin diazo), como la QLT o la HS-ONE.
Estas emulsiones tienen una resistencia limitada a las tintas base agua, y tienden a estropearse después de unas 200 impresiones; se pueden usar sin límites con tintas plastisol y base disolvente.
Bastidores: la malla serigráfica que se utiliza normalmente es de poliéster monofilamento. En lo que concierne a los marcos, los más usados, ligeros y económicos, son los de madera.
Los marcos de metal, con distintos tipos de perfil, son más estables en el tiempo, pero son más pesados y más caros. En el marco de madera puedes tensar el tejido por ti misma, fijándolo con las grapas de una grapadora que también puede ser manual; en el marco de metal es obligatorio encolar el tejido utilizando las herramientas correspondientes.