El proceso serigráfico se divide en dos momentos: la fase de diseño gráfico y la fase de impresión. ¿Tiene sentido equipar el taller para encargarse de todo? Éstas son las ventajas y los límites de realizar en casa el proceso de la A a la Z.
- En este artículo:
- Los dos grandes mundos de la serigrafía: preimpresión e impresión
- La preimpresión: esto es todo lo que necesitas
- Recuerda el principio de la serigrafía: un color, un archivo, un bastidor
- La fase de impresión: toda otra cosa
En la serigrafía existe una certeza: sus principios cambian muy poco con el tiempo. Es verdad que existe la tecnología digital y se intenta introducir maquinaria que debería simplificar el proceso de creación del bastidor y de impresión, pero lo cierto es que el sistema clásico es el realmente fiable en el tiempo y económicamente sostenible.
Esto no quiere decir que la serigrafía sea una técnica poco innovadora, ni mucho menos, sino que logra ofrecer esa estabilidad que permite recuperar con el tiempo la inversión inicial y, sobre todo, la adquisición de habilidades.
Por ello, la idea de equipar un taller de impresión en casa – y no encargar los trabajos a terceros – puede tener sentido: las herramientas tienen una larga vida útil, incluso después de diez o quince años una máquina de impresión serigráfica continuará desempeñando muy bien su función, al igual que todos los otros equipos necesarios.
Sin embargo, antes de comenzar, es útil comprender si realmente vale la pena – y si es económicamente sostenible – equipar un taller que abarque concretamente todas las etapas del proceso serigráfico.
Los dos grandes mundos de la serigrafía: preimpresión e impresión
Podemos dividir el taller de serigrafía en dos grandes “campos temáticos”:
– la preimpresión, es decir, la fase en la que te ocuparás de la preparación del archivo gráfico, de la impresión de la película, del entelado del bastidor y, por último, del grabado del bastidor.
– la impresión: después de preparar el bastidor podrás imprimir con la ayuda de los planos de impresión y de algún otro accesorio (horno, prensa térmica, etc.)
En un taller tradicional – donde la maquinaria para la impresión no es excesivamente compleja ni costosa – normalmente la inversión económica y en términos de experiencia se reparte de la siguiente manera: 60% preimpresión, 40% impresión.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos no recomendamos equipar un taller que también incluya toda la fase de preimpresión: es la parte más cara y corres el riesgo de llevarte a casa herramientas que envejecen con mayor rapidez. A menos que… veamos.
La preimpresión: esto es todo lo que necesitas
La preimpresión es el momento en el que partes de un diseño gráfico que has creado tú mismo, o que te entregó un cliente (si imprimes para terceros). Para transferir este diseño al bastidor hay toda una serie de fases intermedias fundamentales para que la impresión se pueda realizar correctamente: ésta es el alma de la preimpresión serigráfica.
En primer lugar, el diseño gráfico se debe convertir en un archivo que se pueda imprimir por serigrafía.
En el blog puedes encontrar artículos más específicos: deberá contar con determinadas características en lo referido al negro y a las tramas para obtener los matices. Por supuesto que si el diseño es de más de un color, cada color se deberá separar de los demás e imprimir en una película.
Recuerda el principio de la serigrafía: un color, un archivo, un bastidor
Para esta fase necesitas: un ordenador actualizado, un programa de diseño gráfico como Adobe Photoshop o Adobe Illustrator, una impresora ink jet correctamente configurada, en determinados casos con RIP, para gestionar la impresión, y la película serigráfica apropiada.
La mayor parte de las herramientas necesarias para esta fase son digitales e informáticas, por lo tanto, con una alta obsolescencia, con suscripciones anuales, y con un consumo frecuente de los componentes. La realidad es que su coste se amortiza solo si se utilizan con mucha frecuencia.
- Al mismo tiempo, siempre en la fase de preimpresión, deberás armar el bastidor propiamente dicho. Esto es lo que necesitas:
- un plano para entelar el bastidor o, como alternativa, una serie de pinzas (manuales o neumáticas) que, a diferencia del plano, se colocan de a una alrededor del bastidor. Naturalmente, no recomendamos los métodos más artesanales como la grapadora para fijar la malla en el bastidor. También se necesita una cola apropiada: por lo general, una bicomponente de altísima adherencia.
- Después del entelado, el bastidor se debe emulsionar – con emulsión y cubeta para emulsionar – y se debe dejar secar en un horno calentado y a oscuras.
- Entonces, cuando la emulsión esté seca, podrás fijar la película en el bastidor y colocarlos en el bromógrafo (o insoladora) equipado con luz blanca o luz UV.
- Ahora se necesita la cubeta de lavado: es aquí donde deberás revelar el bastidor con un chorro de agua potente. La cubeta de lavado se deberá conectar a una instalación de reciclaje y depuración del agua: el agua mezclada con emulsión no se puede descargar en el sistema de alcantarillado para agua común.
Todo este procedimiento corresponde a la preimpresión: es fascinante observarlo, es realmente interesante aprenderlo, pero es complejo de realizar. Para obtener buenos resultados se necesita experiencia y, sobre todo, una maquinaria costosa.
La fase de impresión: toda otra cosa
Es verdad que para imprimir también se necesita mucha experiencia, pero se puede comenzar de a poco y adquirirla con el tiempo.
Por ejemplo, puedes comenzar con una máquina manual de un color, o con un carrusel modular equipado con un solo plano de impresión, al que con el tiempo podrás añadirle otros planos.
En lo referido a los accesorios y los consumibles, aquí puedes encontrar una lista de los accesorios útiles en el taller, mientras que la elección de las tintas depende del diseño gráfico, del soporte en el que vas a imprimir y de las máquinas que tienes en el taller.
La zona del taller que destinarás a la impresión se puede complementar con varios equipos adicionales: el horno, la prensa en caliente, los estantes, el flash de secado, etc.
Pero lo bueno, es que podrás hacerlo con el tiempo, y con la experiencia comprenderás qué es lo más útil para tus objetivos de impresión.
Para terminar, lo mejor que puede hacer un serígrafo que quiere equipar su taller es:
primero, puedes aprender a imprimir y equiparte según corresponda luego puedes ocuparte también de la fase de preimpresión y de preparación del bastidor.
Mientras tanto, existen servicios externos que prepararán el bastidor a partir de tus archivos gráficos: CPL Fabbrika produce miles de bastidores por año. Nuestro departamento de diseño gráfico podrá guiarte en la elección del formato y de la malla más apropiados para tus necesidades gráficas. Es el sistema más rápido, económico y capaz de introducirte realmente en el mundo de la serigrafía.
- En síntesis:
- separa el trabajo en dos fases: preimpresión e impresión
- considera si quieres comprar los equipos para las dos fases o solo para una de ellas
- dirígete a un servicio externo para la preparación de los bastidores y, solo cuando tengas experiencia, equípate también para la fase de preimpresión.
En nuestro canal de YouTube
encuentras los vídeos donde te explicamos cómo utilizar cada tipo de emulsión